Un estudio de la Universidad de Northwestern (Estados Unidos) ha demostrado que si usted duerme expuesto a olores que asocia con malos recuerdos, es posible perderles el miedo.
Un estudio de la Universidad de Northwestern (Estados Unidos) ha demostrado que si usted duerme expuesto a olores que asocia con malos recuerdos, es posible perderles el miedo. En el experimento, como bien señala un reporte publicado en New Scientist, se mostró fotos de rostros a los voluntarios y, al mismo tiempo, se soltó aromas inofensivos como la menta. Cada vez que los voluntarios veían las caras, recibían un doloroso shock eléctrico. Se midió luego sus respuestas frente a las fotos, y adivinen: todos tenían miedo. Después, mientras dormían, fueron expuestos otra vez al olor. Las pruebas indicaron que el temor a los rostros disminuyó. Dicho estudio podría abrir la puerta al uso de aromas como tratamiento para el trastorno de estrés postraumático.
Ray Fearing, joven estadounidense de 27 años, sufría de glomerulosclerosis segmentaria y focal, un mal que provoca alteraciones renales. A fin de reemplazar uno de los riñones dañados, su hermana Cera decidió donarle uno.
Ray Fearing, joven estadounidense de 27 años, sufría de glomerulosclerosis segmentaria y focal, un mal que provoca alteraciones renales. A fin de reemplazar uno de los riñones dañados, su hermana Cera decidió donarle uno. A los pocos días de la operación, la enfermedad empezó a afectar al nuevo riñón. Los médicos de la Universidad de Northwestern, responsables de la intervención, decidieron dar mejor uso a dicho órgano. Según informa el portal Medical Xpress, los médicos debatieron los aspectos éticos de volver a trasplantar ese mismo riñón. Finalmente, optaron por dárselo a Erwin Gómez, cirujano de 67 años que estaba en lista de espera. Una proeza, pues todo fue realizado en menos de dos semanas.