¿QUÉ ES Y PARA QUÉ SIRVE? Tras infiltrarse con una aguja extra-fina en el músculo debajo de la piel de la zona que se desea tratar, el Botox actúa inhibiendo por relajación el movimiento muscular. Con este efecto se pretende que desaparezcan las arrugas y, por lo tanto, proporcionar un aspecto más juvenil a la piel.