La peruana María Elena Amaya Ludeña (57), quien fue extraditada a Noruega por haber robado varias joyas del rey Osei Tutu II Otumfuo, de la etnia ashanti de Ghana, el año pasado en Oslo, se deshizo de las valiosas alhajas en una tienda, donde las fundieron. Por la venta de estas, la mujer cobró tan solo US$44 mil.