La aparición de la verdadera suegra de Alejandro Trujillo Ospina es considerada por algunos como una estrategia de Eva Bracamonte para quebrar el proceso que se le sigue a ella, su amiga Liliana Castro y al sicario colombiano por el asesinato de Myriam Fefer y evitar una sentencia en su contra, luego que la Fiscalía ratificara su pedido de 35 años de cárcel para todos los involucrados en el caso.