LONDRES (Agencias).– Un nuevo estudio publicado en el New England Journal of Medicine ha echado por tierra la teoría que aseguraba que la actividad sexual competía con el gimnasio o con la dieta como reductora de grasas por excelencia.
Se le conoce como “sexercise”, pero nada más lejos de la realidad. Un nuevo estudio publicado en el New England Journal of Medicine echó por tierra la tendencia que aseguraba que la actividad sexual competía con el gimnasio o la dieta como reductora de grasas por excelencia.