Luego de estallar las revelaciones de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) la semana pasada, una de las principales medidas planteadas por el equipo legal de Alejandro Toledo –respecto al caso de las compras de predios de su suegra, Eva Fernenbug– fue que el expresidente guarde silencio.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) sospecha que bandas organizadas movieron en los últimos nueve años más de US$5,814 millones en lavado de activos a escala nacional, de acuerdo con informes de las entidades financieras.