Ralph, el Demoledor anhela ser adorado como Fix-It Felix, el perfecto niño bueno de su videojuego. El problema es que nadie quiere a un chico malo, pero sí a un héroe. Cuando aparece un moderno videojuego de disparos en primera persona con la dura sargento Calhoun, Ralph ve en él su pasaporte al heroísmo y la felicidad. Se cuela dentro del juego con un simple objetivo en mente: obtener una medalla. Pero pronto lo echa todo a perder y, accidentalmente, libera a un enemigo mortal que amenaza a todos los videojuegos de la galería.