Los productos caseros, aquellos que por su aroma y sabor permiten recordar la cocina familiar, no tienen pierde como negocio. Las galletas son un excelente ejemplo, pues son un buen acompañante de la lonchera, el desayuno o el café en la tarde.
Los productos caseros, aquellos que por su aroma y sabor permiten recordar la cocina familiar, no tienen pierde como negocio. Las galletas son un excelente ejemplo, pues son un buen acompañante de la lonchera, el desayuno o el café en la tarde.