El lento pero seguro resurgimiento de Sendero Luminoso y su evidente infiltración en las distintas esferas de la vida política en nuestro país se debe en gran medida a la poca capacidad de reacción del Estado peruano, que no solo “se dejó estar”, sino que desactivó su aparato de Inteligencia tras las captura de la cúpula genocida en los 90, dijo el expresidente de Sala Antiterrorista Marcos Ibazeta.