Sentía que, pese a haber formado un hogar con tres niños, aún no había encontrado la felicidad que tanto buscaba. Tras escribir una carta en la que manifestaba esta desilusión, una joven madre envenenó a sus tres hijos –uno de ellos de apenas cuatro meses– y luego se suicidó tomando el mismo preparado en su vivienda, ubicada en Chaclacayo.