La ambición por pretender quedarse con las propiedades y negocios de su esposo, dueño del hotel Las Suites de Barranco y del restaurante Puro Perú, llevó a una mujer –en complicidad con uno de sus hijos– a planear su asesinato. Ambos habían contratado a dos sicarios, pero el crimen fue frustrado por la Policía.