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Problemas de sueño

Mita Diran trabajaba como redactora creativa en una agencia de Indonesia. El último mensaje que publicó en Twitter fue: “30 horas trabajando y aún siguiendo con fuerza”. Horas después, Mita murió a causa de una falla cardíaca. Se cree que Mita falleció por el cansancio excesivo, pero también se maneja otra hipótesis: el alto consumo de una bebida energizante. Lo cierto es que trabajar en exceso tiene consecuencias nocivas. El estrés, sobre todo, dispara una serie de males, tales como accidentes cardíacos, problemas de sueño, alteraciones en el sistema gastrointestinal, depresión, entre otros. El exceso de trabajo también está asociado a otras actitudes que, a su vez, ponen en riesgo la salud. Por ejemplo, alimentarse sin respetar horarios, consumir elevadas dosis de azúcar, carbohidratos y cafeína, comer frente a la computadora, en fin. Todo esto, sumado a la escasa actividad física, afecta sin duda alguna la calidad de vida. ¿Qué hacer? Primero: establecer horarios para dormir, ir al trabajo, comer, salir del trabajo. Y cumplir esos horarios. Segundo: buscar asesoría para comer mejor. La ayuda de un nutricionista puede salvarle la vida. Tercero: hacer ejercicio. Un promedio de 150 minutos de actividad física semanal, según la OMS, son claves para regular el funcionamiento del organismo. Ser “full chamba” no significa dejar de lado la salud.

El Centro de Investigación Douglas en Québec (Canadá) realizó un experimento con chicos sanos, sin problemas de sueño o conducta, entre los 7 y 11 años. Según detalla un reporte de CNN, a un grupo se le envió a la cama más temprano, mientras que al resto se le mantuvo despierto una hora más de lo habitual.

El Centro de Investigación Douglas en Québec (Canada) realizó un experimento con chicos sanos, sin problemas de sueño o conducta, entre los 7 y 11 años. Según detalla un reporte de CNN, a un grupo se le envió a la cama más temprano, mientras que al resto se le mantuvo despierto una hora más de lo habitual. Luego, los profesores evaluaron a los chicos de acuerdo con su desempeño académico y social en clase. Los que durmieron una hora menos se mostraron cansados, irritables y con menor tolerancia a la frustración. Sin embargo, los que durmieron bien estuvieron de mejor ánimo y prestaron más atención en clase. El estudio resulta de gran valor para los padres ya que, en el rango de edad mencionado, un niño no debería estar somnoliento durante el día. Cuidado.