A sangre fría. De cuatro tiros en la cabeza fue asesinado un empresario inmobiliario por un sicario que lo sorprendió a la salida de su oficina, en San Juan de Lurigancho. El criminal –quien huyó en una moto– fue perseguido varias cuadras por un vecino de la víctima. Al sentirse acorralado, el hampón abandonó el vehículo y escapó a pie.