Ortorexia

“Una cosa es hacer lo posible para comer sano, pero otra es preocuparse de manera excesiva”, afirma Jamee Guerra, nutricionista del Club Médico Deportivo Bodytech. Si esto afecta la calidad de vida, la persona podría estar sufriendo de ortorexia.

Se debe invertir en salud, pero sin exagerar. En tal sentido, destaquemos dos males.

Se debe invertir en salud, pero sin exagerar. En tal sentido, destaquemos dos males. La vigorexia, por un lado, es un trastorno que obliga a las personas a hacer ejercicio a cada rato, consumir sustancias para aumentar masa muscular, evitar grasas, entre otros síntomas, pero siempre a un nivel obsesivo y, paradójicamente, insano. La ortorexia, por su parte, consiste en lo siguiente: la persona tiene una fijación severa con la alimentación saludable, a tal punto que puede causar problemas en otras dimensiones tanto físicas como emocionales. Ambas patologías deben ser tratadas.

Ante factores como la comida chatarra, el sedentarismo, el estrés, entre otros, apostar por el bienestar físico y mental se ha convertido en la consigna de hoy. Sin embargo, hay personas que se exceden a la hora de llevar una vida sana.

Ante factores como la comida chatarra, el sedentarismo, el estrés, entre otros, apostar por el bienestar físico y mental se ha convertido en la consigna de hoy. Sin embargo, hay personas que se exceden a la hora de llevar una vida sana. En tal sentido, existe un trastorno conocido como ortorexia. Las personas con esta condición desean alimentarse saludablemente, pero eso las lleva a cometer exageraciones. Por ejemplo, ante el temor de engordar, desarrollar diabetes o cualquier otro mal, tienden a abandonar el consumo de elementos considerados ‘nocivos’, tales como carbohidratos, azúcares, grasas, entre otros. Sus dietas son inflexibles y, en casos extremos, hasta pueden pasar hambre –desde horas hasta días– si no consiguen sus alimentos.