La mujer tiene derecho a exhibirse, a vestirse para estar feliz y contenta, y nadie tiene por qué hacerla sentir mal. Pero hay algunas que ya se exceden. Lo que veo, en este caso, es que hay algunas que, a nivel inconsciente, quieren ser miradas. Pero las mujeres debemos saber en qué sociedad nos encontramos: en una sociedad primaria, machista, donde los hombres no las ven como un objeto total de amor, sino como un objeto de placer. Las ven por partes, como si fueran presas, como si se tratara de gallinas. Esto no quiere decir que deban ir como monjas, pero, repito, deben ver muy bien la realidad en la que viven. Ahora, hay mujeres pacatas que responsabilizan del acoso callejero a otras por su forma de vestir. Esto es el reflejo de un pensamiento muy machista. La solución a toda esta situación pasa por un gran cambio cultural, por ir madurando y por reconocer cómo somos como sociedad. Todo esto debe darse como producto de una intensa campaña emocional.