Desde el 2003, en Brasil se dictó una norma para prevenir y reducir las infecciones intrahospitalarias. En el Perú se puede hacer algo similar con el apoyo del Colegio de Enfermeros y las facultades de las universidades, así como con el Colegio de Farmacéuticos, cuyos profesionales son los que compran los productos. En los países en desarrollo no hay recursos y hay una sobrecarga de trabajo que incrementa las posibilidades de infecciones. Se estima que hay un profesional para cada tres pacientes. Eso disminuye la calidad de la vigilancia. La norma sugerida debe establecer el sistema cerrado que incluye la adquisición obligatoria de materiales como contenedores de suero para reducir la posibilidad de que se contaminen los medicamentos que son administrados a los pacientes. Actualmente algunos hospitales usan contenedores rígidos y se pueden manipular y contaminar cuando se aplican las medicinas. Para tratar una infección intrahospitalaria grave se gasta, por lo menos, 30 mil dólares aproximadamente.
Para la decana del Colegio de Enfermeros del Perú, Ana María Arenas, el sector debe apostar por la promoción de una nueva ley que proponga el uso de dispositivos para asegurar que los medicamentos que se apliquen a los pacientes no se contaminen en el ambiente.
El escándalo por el caso de la carne de caballo en Reino Unido “puede deberse a una normativa europea que obligó el año pasado a modificar la legislación británica y que empujó a la industria cárnica británica a buscar proveedores en el extranjero”, afirmó Mark Woolfe, quien dirigió por una década FSA, el programa de control de la agencia de regulación de alimentos británica.