Muchas personas dejan de desayunar pues arguyen que no tienen tiempo para ello. Las excusas son variadas: que el tráfico es terrible y hay que salir más temprano, que se les hizo tarde para llegar al trabajo, que más tardecito comprarán una galleta y una gaseosa, que están a dieta… Lo cierto es que actitudes así resultan perjudiciales para la salud.
Talia Schvartzman,Opina.21 Directora de Nutrición y Dietética de la UPC
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló hoy que la absorción del organismo humano de diversos químicos sintéticos a la vez, y aunque sea en pequeñas cantidades, está asociada con mayor frecuencia con el aumento de enfermedades y desórdenes del sistema endocrino, que regula nuestro metabolismo, crecimiento, sueño y humor.
La sarcopenia consiste en la pérdida progresiva de la masa muscular. Suele presentarse a partir de los 60 años de edad. Esta condición resulta grave porque las personas sufren caídas, pierden movilidad, entre otras complicaciones. Otra arista preocupante se vincula al metabolismo. Según Roberto Salinas, médico y profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, las proteínas de los músculos son usadas, por ejemplo, para producir anticuerpos cuando la persona está enferma. Entonces, al haber menor masa muscular, aumenta el riesgo de sufrir infecciones e, incluso, se eleva el riesgo de muerte. Por ello, se recomienda que la alimentación y la práctica de actividad física de los adultos mayores se enfoquen también en mantener los músculos en óptimo estado.
Talia Schvartzman,Opina.21 email@taliaschvartzman.com
LONDRES (Tomado de la BBC).– Una inyección –que estimula el sistema inmune para quemar grasas y perder peso– ha mostrado resultados prometedores en ratones, según informaron científicos de Estados Unidos.
Talia Schvartzman,Opina.21 La sed es una sensación poco inteligente de nuestro cuerpo. Es común ver gente acostumbrada a tomar uno o dos vasos de agua o líquido al día porque el cuerpo no les pide más. Otros tienen la costumbre de tomar ocho vasos de agua al día –que es lo recomendable– pero, para crear ese hábito, lo más realista es hacerlo de a pocos.
Un estudio realizado por la Universidad de California indica que las personas que comen regularmente chocolate tienen menor índice de masa corporal (IMC) que quienes lo consumen con menos frecuencia.