Siempre le han advertido que es mejor ver para creer. Por eso, a sus cortos 23 años, Lucía se ha mostrado como una joven incrédula de todo. Sin embargo, la vida le ha puesto en el camino una gran contradicción: ama a alguien a quien nunca ha visto de frente y a quien solo conoce por medio de la Internet.
Siempre le han advertido que es mejor ver para creer. Por eso, a sus cortos 23 años, Lucía se ha mostrado como una joven incrédula de todo. Sin embargo, la vida le ha puesto en el camino una gran contradicción: ama a alguien a quien nunca ha visto de frente y a quien solo conoce por medio de la Internet.