Traicionado por los suyos y dado por muerto en un planeta desolado, Riddick tendrá que luchar con la raza alienígena de depredadores más letal que jamás ha conocido. Su única vía de escape será activar un dispositivo de emergencia, atrayendo a una serie de mercenarios y cazarrecompensas que no se irán del planeta sin la cabeza de Riddick como trofeo.