Tan importante como un buen texto es una buena portada. Así como los autores y editores se preocupan por un texto pulido y sin erratas, también deberían preocuparse por una portada llamativa, que seduzca al lector, al comprador. En el mundo anglosajón esto es tradición.
Durante la firma de su libro El héroe discreto en la librería Íbero de Larcomar, el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa rechazó firmar un documento de la Cámara Peruana del Libro que le entregó la congresista de Concertación Parlamentaria Luciana León.