La funcionaria penitenciaria Katty del Águila, directora del penal de Barbadillo (Ate) –donde permanece recluido Alberto Fujimori–, recibió insinuaciones y propuestas de carácter sexual y de pedido de dinero por parte del secretario del juzgado donde se ventiló el hábeas corpus presentado por el exgobernante para que le repusieran la línea del teléfono público en ese centro penitenciario.