Hay que ver cómo nace el pisco para quererlo más. Hay que ser testigos de cómo sus hacedores dejan sueño y familia en busca de la perfección. Hay que sorprenderse con el trabajo de alquimista que se necesita para transformar la sangre de Cristo en plata líquida. Hay que ver cómo nace el pisco para beberlo y respetarlo cada día más.
Hay que ver cómo nace el pisco para quererlo más. Hay que ser testigos de cómo sus hacedores dejan sueño y familia en busca de la perfección. Hay que sorprenderse con el trabajo de alquimista que se necesita para transformar la sangre de Cristo en plata líquida. Hay que ver cómo nace el pisco para beberlo y respetarlo cada día más.
Esta joya tiene pisco quebranta proveniente de Ica y láminas de oro comestible. Es un tesoro del que se han hecho solo cien botellas. Un lujo.