07.MAY Martes, 2024
Lima
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José Gil de Castro

Este 22 de febrero acaba una de las exposiciones más importantes que he visto en Lima: “José Gil de Castro, pintor de libertadores”, proyecto del Museo de Arte de Lima (MALI), en coorganización con el Museo Histórico Nacional de Chile, el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile y el Museo Histórico Nacional de Argentina, que como un libro abierto permite conocer el proceso cultural que acompañó las luchas por la independencia sudamericana. Soy testigo de los años de coordinación e investigación internacional que tomó el proyecto. Además, la impecable museografía determina esta exposición como la más importante sobre el siglo XIX, y pone en evidencia la figura de Gil de Castro en el contexto de una naciente república. El retrato póstumo de José Olaya (1828) es el punto más alto de la muestra. El artista se aleja de su propia práctica y hace un homenaje a un personaje indígena, una especie de “santo secular” vestido de blanco con el paisaje de Chorrillos. Se trata de una obra cumbre que cierra un periodo y determina un cambio estilístico.

“Todos hemos visto sus obras en los textos escolares, pero no conocemos su nombre. Luis Eduardo Wuffarden alguna vez lo llamó ‘el retratista sin rostro’, frase que resulta bastante certera”. Así empieza nuestra conversación con Natalia Majluf, directora del Museo de Arte de Lima y una de las responsables de la gran exposición José Gil de Castro, pintor de libertadores, que, sobre el pintor mulato (Lima 1785-1841), ha montado el MALI.