Cuando tenía cuatro años, Jhose Adolfo Quisocala Condori aprendió a leer; a los cinco ya podía jugar perfectamente al ajedrez; a los siete fundó en su colegio el Banco Cooperativo para los Estudiantes Bartselana, y a los nueve ya lo llamaban ‘señor’ cuando fue uno de los expositores en el VII Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental.