Esta vez no podrá echarle la culpa “el andamiaje del fujimontesinismo” o una cortina de humo de Alan García. Al expresidente Alejandro Toledo se le detectaron nuevas contradicciones que puedan complicar su situación. Los programas dominicales de televisión coincidieron en asegurar, mediante testigos, que Toledo y su esposa Eliane Karp estuvieron interesados desde el inicio en la mansión de Las Casuarinas. Adicionalmente, se descubrió que el exmandatario no dijo la verdad cuando sostuvo que “acompañó” a su suegra, Eva Fernenbug, a Costa Rica.