Antes se le conocía como impotencia. Hoy se le conoce como disfunción eréctil a la dificultad para lograr una erección satisfactoria.
Antes se le conocía como impotencia. Hoy se le conoce como disfunción eréctil a la dificultad para lograr una erección satisfactoria. Es un problema asociado a la edad, pero lo cierto es que, muchas veces, puede ser un síntoma de algo más serio. Por ejemplo, hay pacientes que descubren, a partir de sus problemas de erección, que sufren de males como hipertensión arterial, diabetes, colesterol alto, afecciones en la próstata, cardiopatías, entre otros. Esto nos ayuda a entender la importancia de la prevención. Varias de las enfermedades crónicas mencionadas se producen por tener malos hábitos de vida. Entonces, la idea es que si uno desea tener una vida sexual sana, hay que cuidar el cuerpo. Aprender una nueva pose no sirve de nada si no existe buena salud.
Desde su aparición en 1998, el Viagra ha levantado la moral de miles de hombres en todo el mundo. Varones que creyeron perdida para siempre la consistencia de su virilidad, han retomado con fuerza la actividad sexual. Hoy, además del Viagra, en el mercado existen fármacos para tratar la disfunción eréctil como Cialis o Levitra (por citar dos ejemplos), lo cual enriquece el abanico de opciones. Sin embargo, muchos quieren gozar de estos beneficios sin la asesoría médica necesaria. Qué gran error. Es decir, no estamos hablando de un Panadol o un jarabe para la tos, sino de un medicamento que posee un poderoso efecto vasodilatador. El escenario se agrava si tenemos en cuenta que hay genéricos que se venden a unos cuantos soles. Lo malo de estos productos es que, por lo general, no cuentan con el debido control de calidad. ¿Qué hacer? Si usted considera que tiene problemas de erección, acuda a un especialista. En este caso, un urólogo o un andrólogo. Así podrá saber si, de verdad, requiere medicación. Sea sensato.