Marina Ramírez tiene 26 años y un hijo de nueve años al que ha criado sola. El padre del menor la abandonó cuando se enteró de que ella estaba embarazada y, aunque Marina inscribió a su hijo con el nombre de su progenitor, este nunca lo reconoció.
Cada vez son más las personas que recurren a las pruebas de ADN para probar la identidad de sus hijos. Tatiana Ávalos, especialista del Laboratorio de Biología Molecular, del Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público, refirió que, en los tres laboratorios de dicha dependencia –en Lima, Arequipa y Lambayeque–, la demanda es creciente. “Ahora hay mayor accesibilidad y más organismos apoyan a la mujer, lo cual hace que más gente de provincia tenga acceso a esta prueba”, señaló.