El reclamo no partió de la oposición sino del mismo oficialismo, desde donde el legislador Hernán de la Torre pidió que se forme una comisión especial para investigar en qué circunstancias una patrulla mixta de policías y militares acribilló, el pasado 6 de mayo, y sin aparente razón alguna, a los pasajeros de un vehículo tipo combi que circulaba por inmediaciones de la carretera Kepashiato-Ozonampiato. El nacionalista dijo que está insatisfecho con las explicaciones dadas por el ministro de Defensa, Pedro Cateriano, y anunció que hoy habrá una movilización por ese tema en La Convención.
Solo para los despistados dirigentes de Gana Perú resultó ser una sorpresa la cantada renuncia del cusqueño Rubén Coa Aguilar tanto al partido como a la bancada parlamentaria oficialista, a tal punto que Daniel Abugattás y Fredy Otárola –que hasta la víspera repetían la perorata de que su bloque es sólido y que no habría más dimisiones– optaron esta vez por el silencio.
Las demandas de Rubén Coa, Hernán de la Torre y Verónika Mendoza, los parlamentarios cusqueños de Gana Perú que cuestionaron la actuación del Gobierno frente al conflicto minero en Espinar, no tuvieron eco en Palacio de Gobierno. La única respuesta que recibieron del presidente Ollanta Humala fue un tácito pero público jalón de orejas.
Aunque Rubén Coa, Verónika Mendoza y Hernán de la Torre llegaron al Congreso con la camiseta de Gana Perú, no es difícil comprender la posición confrontacional que ahora tienen frente a su propio gobierno debido a sus acciones.
Crece la rebeldía en Gana Perú. La división de la bancada oficialista, que hasta hace unos días tenía a Javier Diez Canseco, a Rosa Mavila y al expulsado Jorge Rimarachín como las figuras más representativas de la facción radical, se hizo más evidente ayer cuando los congresistas cusqueños Rubén Coa, Verónika Mendoza y Hernán de la Torre demandaron públicamente la renuncia del primer ministro, Óscar Valdés, por la forma como viene afrontando las protestas contra el proyecto minero Tintaya en Espinar (Cusco).