“No me estoy corriendo de nada, estoy afrontando esto. Estoy tranquilo. Estoy limpio, sé que no he hecho nada”. Estas fueron las primeras palabras con las que Gustavo Guillermo Flores-Guerra Velásquez, desde la clandestinidad, se defendió de las acusaciones que lo sindican como el principal sospechoso del asesinato de una mujer que fue hallada semienterrada en el tercer piso de un inmueble en la urbanización Brisas, en Ate.