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Gimnasia mental

“Cabalgar, viajar y cambiar de lugar fortalece el ánimo”, dijo el filósofo romano Séneca varios siglos antes de que la neurociencia le diera la razón. En efecto, viajar no solo produce una mera sensación agradable, sino que genera una serie de cambios positivos en nuestro organismo.

“Cabalgar, viajar y cambiar de lugar fortalece el ánimo”, dijo el filósofo romano Séneca varios siglos antes de que la neurociencia le diera la razón. En efecto, viajar no solo produce una mera sensación agradable, sino que genera una serie de cambios positivos en nuestro organismo. Viajar es un estímulo cerebral poderoso. De hecho, es una forma de gimnasia mental pues la práctica constante de actividades nuevas y desafiantes como esta ayuda a mantener el cerebro en óptimo estado. La rutina, por el contrario, resulta altamente nociva. ‘Oxida’ las neuronas. Viajar es una experiencia novedosa y desafiante por donde se le mire. Implica estar en un espacio desconocido, respirar otro aire, observar nuevos paisajes, ver gente nueva. El cerebro goza cuando uno aprende un nuevo idioma, se socializa y compara con personas de otra cultura. Todo esto hace que las neuronas se activen y trabajen a un mayor ritmo. Asimismo, las sensaciones agradables estimulan la liberación de endorfinas, las llamadas hormonas del placer. Es por todo lo mencionado que alejarse temporalmente de lo cotidiano, relajarse y aprender resulta altamente beneficioso. Usted puede ir a un destino ubicado a 50 kilómetros de su ciudad o a uno que esté a 5 mil. Puede viajar por un fin de semana o bien por seis meses. Pero lo más importante es moverse. Cuanto más lo haga, mejor para usted. Verá que al volver a la ‘normalidad’ se sentirá recargado para seguir adelante.