La comercialización de flores es una oportunidad poco explorada, pese a la gran diversidad y riqueza de climas que favorecen su cultivo.
¿Qué la animó a incursionar en este rubro? Heredé un pequeño jardín de mis padres, que, de a pocos, se convirtió en un vivero ornamental de visita obligada para los turistas que venían a Moyobamba. De eso vivíamos, con esos ingresos se pagaron mis estudios de Biología. Cuando acabé la universidad, decidí que exportaría flores.
La comercialización de flores es una oportunidad poco explorada, pese a la gran diversidad y riqueza de climas que favorecen su cultivo.