El pedido formal de dos de los excabecillas de los grupos terroristas más sanguinarios del país, Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), para regresar a sus celdas de la Base Naval del Callao, lugar que los albergó desde hace más de 15 años puede resultar insólito pero tiene una explicación.