Doom, ‘perdición’ o ‘destino amargo’ en español, es el pequeño nombre que recibió un videojuego allá por 1994. Tal vez sin proponérselo, id Software, la compañía que lanzó al mercado este título, terminó por popularizar un género, el de los First Person Shooters, y convertirlo en el preferido por los gamers de todo el mundo.