Reportuit
Reportuit
Reportuit
Reportuit “¡No vayas tan alto! ¡Ten cuidado, te vas a romper la cabeza! ¿Quieres provocarme un infarto?” eran las frases más comunes de nuestras madres cuando de pequeños jugábamos con temeridad en algún columpio, y realizábamos peligrosas proezas entre ambas cuerdas.