Navidad y Año Nuevo son, en teoría, celebraciones para poner contentos a todos. Sin embargo, resulta frecuente que muchas personas experimenten un cuadro depresivo durante estos días.
Navidad y Año Nuevo son, en teoría, celebraciones para poner contentos a todos. Sin embargo, resulta frecuente que muchas personas experimenten un cuadro depresivo durante estos días. “Es normal que las personas se evalúen a sí mismas a fin de año. El hecho de no haber alcanzado determinadas metas y sentir un balance negativo hace que no disfruten estas festividades”, afirma Rachael Silberman, psicóloga de la clínica Javier Prado. Es decir, estamos ante una paradoja: mientras la mayoría de personas tienen motivos para ser felices, hay quienes tienen razones para no serlo. “Muchos se preguntan ‘¿por qué debería estar festejando?’”, agrega la especialista.