La buena intención y la poca pericia para la restauración de Cecilia Giménez, de 81 años, sacó del anonimato a su pequeño pueblo de Borja, en Zaragoza (España). Ella trató de mejorar el eccehomo, la imagen de Jesús plasmada en uno de los muros de la iglesia del Santuario de Misericordia, pero quedó un desastre.