Es difícil imaginar a Cristiano Ronaldo con otro color que no sea la camiseta blanca del Real Madrid. El delantero, ante los rumores del verano europeo que lo colocaban en otros clubes, ha confirmado lo que todos los hinchas merengues querían escuchar: se queda.
Casi cinco meses después de que Arjen Robben iniciara una loca carrera para festejar el segundo gol del Bayern ante el Dortmund en la final de la Champions 2013, el torneo más importante del mundo está de vuelta. Con sus estrellas, goles, lesionados y polémicas. Con sus millones, sus parches en la camiseta y sus videojuegos.
La Liga no acabó en el clásico. Porque al Madrid aún se le niega la celebración; porque Barcelona golea y demuestra que su era no ha acabado, y porque Cristiano y Lionel pelean el título de ‘pichichi’ a muerte. Y todo eso emociona.