Más agridulce que amargo fue el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya. En el mundo de las imágenes primó la de “misión cumplida”, a cargo de los agentes de Chile y el Perú. Su mensaje resultó más tranquilizador que las señales de los presidentes Sebastián Piñera y Ollanta Humala. Estos pusieron un énfasis innecesario en el subconflicto del triángulo terrestre, cuya actual importancia cuesta decodificar.