Pese a que el Ministerio de Educación aseguró que todos los colegios de Lima iniciarían el año escolar sin mayores contratiempos, esto no ocurrió. El retraso de la refacción de varios planteles (la mayoría emblemáticos) perjudicó a miles de alumnos, los que –en el peor de los casos– tuvieron que ser reubicados.