Lo sabía pero, aun así, dejó que la farsa continuara. El teniente alcalde Eduardo Zegarra admitió ayer que la burgomaestre de Lima, Susana Villarán, conocía que los 101 vehículos del serenazgo –que entregó el 15 de enero pasado con bombos y platillos– carecían de placas de rodaje y, por eso, no estaban operativos para patrullar.
Tras conocerse que los vehículos oficiales no cumplen con pagar las papeletas por infracciones de tránsito, el congresista Octavio Salazar planteó que se emita un decreto supremo precisando qué autoridades son los que tienen derecho a las escoltas motorizadas y pueden superar las velocidades máximas.