Paralizados por ideas e intereses económicos y con pocos puntos en común, demócratas y republicanos en el Congreso de EE.UU. enfrentan, por segunda vez en dos años, esa shakespeariana duda existencial que podría paralizar a los mercados financieros del mundo. Poco probable, pero posible. Sin un acuerdo bipartidista que eleve el límite de la deuda pública no se podría cumplir con el pago de las letras del Tesoro que vencen en unos días.