La aparición del mítico rey Momo abre los festejos de manera oficial. Las miradas de los turistas se centran en el sambódromo, la meca de las principales escuelas de samba de Brasil. Miles de espectadores acuden a este lugar para contemplar el arte de carruajes, los alegres músicos y bailarines, así como a otros personajes conocidos de la sociedad brasileña. Pero lo cierto es que el Carnaval también se vive en toda la ciudad. Destacan los desfiles callejeros conocidos como ‘blocos’. Son espacios diversos y democráticos que se celebran en los barrios tradicionales y que convocan a miles de personas. Son una alternativa al sambódromo, ya sea porque no alcanzó para la entrada o porque busca otro tipo de diversión. La mayoría de ‘blocos’ cuentan con el permiso de las autoridades de Río, pero también hay otros que se organizan de manera informal. A pesar de ello, todos se las ingenian para pasarla bien.