Los frescos que el artista renacentista Miguel Ángel pintó en la Capilla Sixtina están a punto de cumplir 500 años, y corren peligro por el polvo del ambiente, el calor corporal y el aliento de los 20,000 visitantes diarios que las aprecian, advirtió el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolocci.