Dicen que la conciencia es, a la vez, testigo, fiscal y juez. Seguramente eso es lo que sintió la terna arbitral liderada por el árbitro FIFA Henry Gambetta tras el horror perpetrado en Huánuco, donde no se validó un gol legítimo del colombiano Johnnier González que debió significar el 2-0 para el local. Tras el cargamontón, los jueces ofrecieron disculpas al León por no haberse dado cuenta que la pelota había ingresado más de medio metro dentro del arco blanquiazul.