Enrique Castillo,Opina.21 A fines del año 2013 pasamos de la cultura del alivio a la del conformismo. Los mismos que se daban por bien servidos con lo hecho el 2012, ahora señalan que no hay por qué quejarse con los resultados de 2013, ya que es verdad que no se han hecho grandes obras; que no hemos avanzado en cerrar la brecha de infraestructura; que nuestro crecimiento ha caído y nuestra economía se ha desacelerado; pero, según ellos, también es verdad que no han habido mayores sobresaltos ni más sorpresas como la de la deseada compra de Repsol.