Qué duro es haber sacrificado horas de sueño y diversión, durante meses, para rendir la prueba de admisión y, finalmente, no lograr el puntaje necesario para entrar. Duele.
Un adolescente de 17 años vio frustrada su ilusión de prepararse para ingresar a la universidad debido a que denunció ser víctima de acoso sexual por parte de su tutora en la sede de San Martín de Porres de la academia pre-universitaria Pamer.