Una travesía por las Islas Palomino

Por Martín Sánchez Jorges

Desde la terraza del catamarán ‘Spondyllus’, las Islas Palomino parecen una réplica de las ‘loberas’ que pueblan el mar de Paracas, en Pisco (Ica). Es que aquí, a solo una hora de travesía desde el Puerto del Callao, también hay decenas de lobos marinos peleando a dentelladas por las hembras o por un mejor lugar para pescar, y otros más viejos muriendo inertes bajo el ardiente sol.

A solo unos metros, las manadas de pingüinos de Humboldt, especie en peligro de extinción, compiten por el alimento con los grandes mamíferos.

ENCUENTRO. Las olas producen una ebriedad ficticia cuando el motor se apaga y la nave se queda a la deriva. Sin embargo, esa es la única manera de acercarse un poco a los animales sin molestarlos ni romper la paz que otorga el sonido del océano. Ellos recompensarán ese gesto lanzándose al mar desde la punta de los farallones o haciendo malabares para la foto.

En la orilla de las Islas Cavinzas, las hembras y los cachorros buscan refugio entre las cuevas al vernos, mientras que los lobos más grandes bufan sin pausa para intimidarnos.

Es hora de partir, de dejar este privilegiado hábitat hasta otra incursión marina en nuestro primer puerto, que no solo ofrece mar, sino también cebiches, una visita al submarino-museo Abtao y el barrio de Chucuito.

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