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Medallas de Saddam Hussein se exponen en un museo de Sudáfrica

Miércoles 17 de enero del 2007 | 12:00

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JOHANNESBURGO.

Medallas del ex gobernante iraquí Saddam Hussein, presentadas como una crónica de sus "victorias", fueron expuestas en un museo de un suburbio de Johannesburgo, causando atracción entre los curiosos a sólo dos semanas de su controvertida ejecución.

Los escudos y fotografías de Saddam que alguna vez se exhibieron en el país que dominó con puño de hierro llegaron hasta el museo a través de un ex oficial de la armada sudafricana que apareció en Irak tras la guerra del 2003.

No queda claro cómo el coronel William Endley recolectó las medallas. Tras el derrocamiento de Saddam, sus palacios fueron invadidos y saqueados y algunos de los objetos llegaron a los mercados.

Los sudafricanos trabajan en Irak como consultores de seguridad, pero los tranquilos suburbios de Johannesburgo poco tienen que ver con el país alguna vez dominado por Saddam, cuyo ahorcamiento, el mes pasado, avivó las pasiones sectarias entre los iraquíes luego de que un video de su muerte mostró a autoridades chiítas mofándose de él.

La exhibición se concentra en los días en que nadie pensaba que sería ejecutado por crímenes de lesa humanidad.

El curador del museo, Allan Sinclair, dijo que unas pocas personas se han acercado a la muestra desde que se inauguró hace una semana.

Una pequeña caja de vidrio junto a aviones de guerra de la Primera Guerra Mundial ofrece un vistazo del Irak de Saddam Hussein.

Las medallas elogian su "Madre de todas las batallas" en Kuwait y la campaña por sofocar la rebelión kurda, una ofensiva que fue recordada emotivamente por testigos en su juicio por genocidio.

Fueron parte de la cultura de Saddam Hussein cuando los murales del ex dictador colgaban sobre muchas calles de Bagdad, y los medios iraquíes lo bañaban con elogios.

Las medallas no se limitan a sus "conquistas" militares. Algunas fueron entregadas al personal de una refinería de petróleo. Otra se otorgó a una fábrica de cemento, algunas de las muchas instituciones monitoreadas de cerca por su policía secreta.

Un escudo decía "larga vida al presidente", algo que muchos iraquíes cantaron por décadas para demostrar lealtad o enfrentarse a la prisión.

En otro se leía "pelea en el nombre de Alá", de un tiempo en que Saddam se promovía a sí mismo como líder religioso, luego de que su invasión a Kuwait le costó a los iraquíes años de sanciones que paralizaron el país.

Un joven Saddam en uniforme militar decorado con las medallas mira fijamente desde una fotografía en el museo cerca de antiguos vehículos armados y cañones.

Fuente: Reuters