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Inexperiencia del piloto ocasionó la tragedia del Fokker de Alianza Lima

Martes 10 de octubre del 2006 | 12:00

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La verdad de lo sucedido, oculta durante los últimos 19 años, salió a la luz. La Ventana Indiscreta difundió anoche la primera entrega de una investigación sobre lo sucedido en el vuelo del Fokker F-27 de la Marina de Guerra, que acabó con la vida de 43 personas.

La tragedia

ocurrió la

noche del 8 de diciembre de 1987, cuando en el mar de Ventanilla cayó una aeronave, destrozando el corazón de millones de peruanos, hinchas o no de Alianza Lima, fanáticos o no del fútbol.

El programa mostró, por primera vez, el informe secreto de la Junta de Investigación de Accidentes de la Aviación Naval concluido, en el Callao, el 9 de febrero de 1988 y entregado, ese mismo día, a los altos mandos de la Marina de Guerra del Perú y al Ministerio de Defensa de entonces.

De acuerdo con el contenido de dicho informe, la familia íntima, en particular, y el Perú, en general, tienen hoy conocimiento de los últimos minutos del fatídico vuelo y del nerviosismo e inexperiencia en vuelos nocturnos del piloto Edilberto Villar Molina -el único sobreviviente- y del copiloto Fernando Morales Dapueto, del pánico que cundió en la aeronave militar y del silencio que guardaron las autoridades de la Marina y del Ministerio de Defensa, mientras el país reclamaba respuestas.

Las 36 páginas del informe secreto, escondido en la caja fuerte de un banco en el extranjero por seis oficiales de la Marina, incluyen la transcripción de la caja negra del avión, especialmente las comunicaciones con la torre de control del aeropuerto internacional Jorge Chávez.

NEGLIGENCIA.

La indignación, ahora, es comprensible si se tiene en cuenta que la negligencia pudo haberse evitado. Un año antes de la tragedia, un informe de la propia compañía Fokker determinaba que el piloto Edilberto Villar, "bajo condiciones de estrés, tiende a desorientarse".

Esta advertencia no fue tomada en cuenta y, a la menor señal de emergencia -los controles del avión no registraban que el tren de aterrizaje había bajado para iniciar el descenso-, el piloto apeló a su inexperiencia, realizó maniobras que generaron el pánico entre los pasajeros, se puso a leer un manual (lista de verificación de tren de nariz inseguro) en inglés y dejó la conducción de la nave al copiloto.

Lo peor es que no tomó en cuenta el mensaje de la torre de control, de que no había problemas con el tren de aterrizaje y, descuidó el altímetro.

En el momento de pánico, el copiloto devuelve bruscamente el control a Villar, decide escapar y abandona la cabina. El piloto toma los controles de vuelo, nivela ligeramente las alas e impacta en el mar de Ventanilla. Edilberto Villar no era consciente de que estaba tan cerca del mar. Eran las 8 y 14 minutos de la noche del martes 8 de diciembre de 1987.