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Cumbia es sinónimo de Perú

Martes 10 de febrero del 2009 | 08:10

¿Cuál es la identidad de los peruanos? Una pregunta con siglos de incertidumbre tendría una simple respuesta: los peruanos somos cumbiamberos. Reviva con nosotros la historia de este popular género en nuestro país.

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Por Gonzalo Pajares Cruzado

Huanchaco, 30 grados a la sombra. La temperatura exige un chapuzón. Sin embargo, cientos de jóvenes no están en el mar sino bailando al ritmo de la banda de moda: Bareto, un grupo de limeños de clase media que ha hecho que todo el país vuelva a bailar al ritmo de Juaneco y su Combo, Los Destellos, Los Shapis y Chacalón. ¿Qué ha pasado? ¿La modernidad peruana se ha vestido de chicha y cumbia? ¿Nuestra ansiada identidad no está en gestas comunes ni en comportamientos similares, sino en los sabrosos acordes psicodélicos de una canción sin letra (Ya se ha muerto mi abuelo)? Parece que sí. La cumbia ha invadido nuestra vida cotidiana… y no desde hace poco.

40 AÑOS DE PERUANIDAD. Bareto solo es la cabeza visible de un fenómeno que acaba de cumplir 40 años. La cumbia nació, dicen los expertos –destacan acá los aportes del etnomusicólogo Raúl R. Romero y del científico social Santiago Alfaro–, en 1968, con la edición del primer disco de Los Destellos, la banda formada por Enrique Delgado, un notable guitarrista limeño. Delgado mezcló los sonidos de la cumbia colombiana con las cadencias del huayno, las melodías nuevaoleras y los riffs propios del rock psicodélico, tan de boga entonces.

CUATRO ETAPAS. El etnomusicólogo Raúl R. Romero, en su libro Andinos y tropicales. La cumbia peruana en la ciudad global, establece cuatro momentos que van de la mano con el fenómeno migratorio que se produjo en nuestro país: 1) La irrupción del huayno (años 50), 2) El advenimiento de la cumbia (años 60 y 70), 3) La música chicha (años 80) y 4) La tecnocumbia y la nueva clase media.

Santiago Alfaro, sin dejar de lado a Romero –quien les pone énfasis a la globalización, a la modernidad a la peruana y al desarrollo económico de los migrantes–, sostiene que el fenómeno de la cumbia es nacional. “Hay provincianos que no han migrado y que, sin embargo, acogen este ritmo como representativo de su cultura. La cumbia está en el Perú hace 40 años, lo que vivimos estos días es su boom comercial. Las cifras todavía no las manejamos, pero esta industria maneja muchísimo dinero. Solo en Lima hay unos 50 conciertos de cumbia a la semana”, afirma.

Sobre Bareto, La Mente y Barrio Calavera, bandas limeñas que han optado por los sonidos de la cumbia, Alfaro señala: “Estos músicos son básicamente rockeros. Entonces, al optar por los sonidos de Los Destellos, Los Mirlos o Juaneco –bandas que hacían muchas canciones instrumentales y con riff propios del rock–, no hacen otra cosa que seguir su estética primera: la rockera”.

Es cierto, aunque notorio ahora por la preferencia de los jóvenes de la clase media urbana, el gusto por la cumbia, más que un boom, es un fenómeno nacional de larga data. Quizás hoy, para identificar a los peruanos –de aquí y de allá, de todas las clases y de todos los colores–, sea mejor hablar de sus gustos musicales que de sus vínculos históricos. Total, ahora todos bailamos al mismo ritmo.